Con ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes.
23 y 24 de septiembre 2011.
1. En diversas ocasiones como Pastores del Pueblo de Dios nos hemos hecho eco de la preocupación de la gran mayoría de los dominicanos ante la creciente oleada de violencia que se está viviendo en nuestro pueblo (cfr Mensaje del 27 de Febrero 2009, 2010).
2. Hemos constatado que en vez de disminuir ha crecido lo que ya hemos afirmado: “la verdad es que la vida ha perdido entre nosotros su grandeza e inviolabilidad. Estremece el número creciente de personas muertas violentamente por ajustes de cuentas, por violencia de género, por problemas internos en el mundo de la droga, por imprudencias en las carreteras o avenidas y por la presencia entre nosotros de sicarios asalariados y hasta por suicidios” (Mensaje del 27 de Febrero del 2010, No. 13).
3. Dado que en estos meses se ha recrudecido esta situación y ya que estamos celebrando desde este mes de Septiembre hasta el mes de Diciembre los 500 años del Sermón de Fray Antonio Montesino, deseamos junto con todo el pueblo dominicano proclamar y trabajar por el respeto a la vida de cada persona, tal como aquel gran misionero y su comunidad de Frailes Dominicos supieron hacerlo.
4. En este sentido, propongámonos realizar acciones concretas y decididas a favor de la paz y del respeto a la vida. “Somos un pueblo pacífico y trabajador con una profunda vocación religiosa y de paz” (cfr. Mensaje del 27 de Febrero del 2009, No. 51). Nos alegra y nos solidarizamos con todas las iniciativas a favor de la paz y del respeto a la vida que han realizado y realizan tantas personas, familias e instituciones de nuestra sociedad en sus diferentes niveles sociales.
5. En particular, reconocemos los esfuerzos de tantas familias de nuestra población más pobre que han resistido esta violencia con dignidad organizándose en juntas de vecinos, asociaciones comunitarias y comunidades eclesiales que están atentas para denunciar esta situación y crear un ambiente más seguro para vivir en paz.
6. Ante esta penosa realidad, como Pastores del Pueblo de Dios, que peregrina en la República Dominicana, estamos convencidos que nuestra fuerza nos viene del Señor. Él mismo nos ha mandado que “oremos sin desfallecer” (Lc 18,1), especialmente, en los momentos de tribulación. Por consiguiente, la oración es nuestro instrumento más fuerte y valioso ante todo mal que quiera destruirnos.
7. Ante esta grave situación tan generalizada como es la violencia con sus raíces profundas en el narcotráfico, las drogas y tantos vicios, la búsqueda y ambición de dinero fácil, la agresividad instintiva, el bajo nivel educativo, la pobreza frustrante de grandes segmentos de nuestro pueblo, la desintegración familiar y la incitación a la violencia de algunos programas de los medios de comunicación, recordamos las palabras de Jesús “esta clase de demonios con nada puede ser arrojada sino con oración y ayuno” (Mc 9,29; Mt 17,21).
8. Por eso, convocamos a todos los fieles católicos, a nuestras Diócesis, Parroquias, Sectores, Comunidades y grupos apostólicos e instituciones educativas y sociales así como a los hombres y mujeres de buena voluntad y a otras Comunidades Cristianas no católicas a una Jornada de Oración y Ayuno por la Paz y el Respeto a la Vida, para el día 23 de Septiembre del 2011, víspera de la Solemnidad de Nuestra Señora de las Mercedes, patrona de la República Dominicana.
9. Esta Jornada de Oración y de Ayuno, será vivida como un Día de Adoración Eucarística por la Paz y el Respeto a la Vida, organizada a nivel parroquial, a nivel de sectores parroquiales y en todas las instituciones educativas y sociales de nuestra Iglesia. Disponemos que en este día en nuestras Iglesias, Capillas, Casas de Oración y Oratorios se exponga el Santísimo Sacramento para ser adorado por turnos durante esta Jornada y orando intensamente por esta intención.
10. Del mismo modo, invitamos a todas las familias a recogerse en oración en algún momento de esta jornada.
11. También, realizaremos una cadena de oración a través de nuestros medios de comunicación católicos y deseamos que a los 12 meridianos de ese día nos unamos todo el pueblo dominicano en un momento de oración. En este sentido, esperamos contar con la colaboración de los diferentes medios de comunicación social.
12. Invitamos, además, a participar en familia en la Eucaristía en honor a Nuestra Señora de las Mercedes, el 24 de Septiembre, ofreciéndola comunitariamente por la Paz y el Respeto a la Vida.
13. Además de esta Jornada de Oración y de Ayuno por la Paz y Respeto a la Vida les proponemos que aprovechemos este mes de la Biblia para llenarnos de la paz que nos da la Palabra del Señor y proclamemos a los demás el Evangelio de la Vida y de la Paz.
14. Asimismo, invitamos a que todo el mes de Octubre, mes del Rosario y de las Misiones, se dedique a orar con María, nuestra Madre, por la Vida y la Paz, para que cese la violencia verbal, intrafamiliar, la delincuencia, las muertes por ajustes de cuentas, por robos y atracos. Se podría culminar este mes de Octubre con una Caminata Mariana por las calles de nuestro pueblo anunciando la Paz y el Respeto a la Vida.
15. Del mismo modo, animamos a todos los católicos y personas de buena voluntad a organizar encuentros de reflexión sobre esta problemática de la violencia y a elaborar planes de trabajo conjunto con las autoridades correspondientes y con la sociedad civil, con sus diferentes asociaciones comunitarias y sociales, tales como las asociaciones gremiales, empresariales, Juntas de Vecinos y otras instancias.
16. Proponemos desarrollar una gran Campaña de Educación con acciones a favor de la Paz y el Respeto a la Vida en todos los centros educativos del país.
17. Reforcemos nuestro trabajo con los niños, los adolescentes y los jóvenes promoviendo entre ellos el valor de la paz y el respeto a la vida y creando un ambiente positivo que genere una convivencia armoniosa y fraterna.
18. Busquemos todos juntos la solución de los males de ayer y de hoy que impiden la construcción de una República Dominicana solidaria y fraterna, donde se viva la justicia, el amor y la paz.
19. Encomendamos confiadamente nuestra patria a Nuestra Señora de las Mercedes, que se ha mostrado siempre Madre de este pueblo. Que Ella interceda ante su Hijo por todos nosotros.
Confiados en el poder de la oración que todo lo alcanza, les bendecimos los
Arzobispos y Obispos de la República Dominicana.
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