La misa estuvo presidida por Monseñor Rubén A. González, obispo de Caguas y Presidente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña, y estuvo acompañada por una gran cantidad de hermanos salesianos, sacerdotes seculares, representación de las autoridades civiles del municipio e inclusive una representación de la Iglesia Episcopal.
Durante la homilía, el padre Demetrio Coello, recordó algunas anécdotas, historias y hazañas de los primeros salesianos que hicieron posible el sueño de crear una casa de formación en Puerto Rico.
El obispo extendió su felicitación, agradeció la presencia de los salesianos en la diócesis y les animó a seguir trabajando por el bien de los jóvenes, en especial de los más necesitados.
Luego de la Eucarístia, se compartió un almuerzo entre todos los presentes. Sin duda alguna, se mostró que el pueblo de Aibonito siente la cercanía de los salesianos y quizo demostrarle su agradecimiento, cariño y acogida. La casa salesiana de Aibonito está bajo el patronato de Miguel Rúa y es utilizada como centro de formación vocacional y espiritual a los jóvenes y adultos de toda la isla.
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