(Decosal - Cuba) - Una visita de cinco días para descubrir una Iglesia muy pequeña, pero viva, verdaderamente misionera. Dentro de siete años los Salesianos celebrarán el primer centenario de la llegada a Cuba, somos apenas cinco comunidades con un número considerable de los hermanos muy ancianos, una decena de los hermanos jóvenes cubanos, apenas dos sacerdotes cubanos que trabajan en su patria. Justamente en la debilidad de las condiciones exteriores he experimentado una fuerte cultura misionera.
A doce años después de la histórica visita del papa Juan Pablo II a Cuba, a dos años de la visita del cardenal Tarcisio Bertone, dos meses después del inicio de la peregrinación de la imagen de la “Virgen de la Caridad del Cobre”. Del 8 de septiembre de 2010 durante dos años la imagen de la patrona de Cuba está en camino por todas las comunidades católicas de la isla, desde Guantánamo hasta Pinar del Río. Después de la revolución no se han construido nuevas iglesias, no obstante la duplicación de la población. Así el Espíritu Santo guía la Iglesia por caminos especiales. Una diócesis media en Cuba cuenta con más de 35 parroquias con 45 capillas y unas 220 casas de misión. No podemos abrir todavía una escuela formal, pero en cada una de las parroquias he visto las clases informales de idioma, de informática, junto a los centros juveniles – oratorios muy animados. Es más bello experimentar el espíritu misionero de los católicos, que va más allá de los muros de la Iglesia. Las pequeñas comunidades domésticas son muy vivas, aunque le falten los medios principales como la Sagrada Escritura. Pero en el campo de la comunicación social están muy adelantados, no obstante que la gente no tiene acceso al internet.
Luego de tres meses después del paso de la urna de Don Bosco por Cuba, la parroquia salesiana de Santa Clara ha preparado un envío misionero para 153 pequeños y grandes misioneros que llevan el Evangelio a los lejanos, a aquellos que no han encontrado nunca a Jesucristo.
La última noche en la Habana he encontrado un grupo bien dinámico de la Infancia misionera. Este grupo comenzó hace trece años, con una madre de familia, con 12 niños de 8 años. En el salón de la parroquia San Juan Bosco me encontré con los primeros doce niños (ahora jóvenes animadores de 21 años) del grupo que cuenta unos veinte adolescentes y una docena de niños. Con profunda conmoción he escuchado su testimonio cuando van de casa en casa, invitando la gente a la Iglesia. A veces rechazados o bienvenidos, y este encuentro significa un inicio del camino catecumenal.
Confío a la Virgen de la Caridad del Cobre el camino de la Iglesia en Cuba! María, ayúdanos a caminar cada día: “Con Jesús y María, misioneros todo el día!”
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Confío a la Virgen de la Caridad del Cobre el camino de la Iglesia en Cuba! María, ayúdanos a caminar cada día: “Con Jesús y María, misioneros todo el día!”
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