Alexander Domínguez Quiroz
sander_dominguez@hotmail.com
(DECOSAL - Jarabacoa) - Existen similitudes entre la carrera del maratón y la carrera de la vocación que todo ser humano está llamado a correr en su vida. Desde el comienzo la carrera de maratón es igual que la carrera por la vocación; tanto maratón como vocación tiene una meta definida, la que sólo se alcanza con la decisión personar y la perseverancia. Para ello es necesario un continuo ejercitarse que nos permita ser mejor cada día.
El entusiasmos y la alegría inicial -tanto el maratón como en la vocación- se comparte muchos compañeros que arrancan con nosotros desde la salida, los cuales igual que nosotros tiene el deseo de llegar a la meta, pero, nos damos cuentas que las exigencias de la pista va obligando a mucho a abandonar el camino, incluso mucho que tiene mejores cualidades que nosotros, pero que prescinden de la fuerza de voluntad.
El cansancio - normal en todo maratón- sólo se supera con la ayuda del Dios bondad que tocó tierra por el peso de la cruz mientras sus verdugos le miraban inquisidores. Él es el agua que refresca nuestra sed en el desierto de las dificultades, y con su ejemplo nos enseña a nunca darnos por vencidos hasta superar el calvario y llegar la meta gloriosa de la resurrección, camino trazado por el campeón de campeones.
Para lograr esa corona hay que poner todo el esfuerzo posible, y reafirmar la decisión para ser campeones de las carreras en cada instante de la competencia. Llegar más allá de lo que otros han llegado es posible para quien cree. Todos podemos llegar!
NOTA: El autor es novicio salesiano y ganador de varios maratones nacionales, entre ellos el 1er lugar en el XXI Maratón del Seminario Santo Tomás de Aquíno.
NOTA: El autor es novicio salesiano y ganador de varios maratones nacionales, entre ellos el 1er lugar en el XXI Maratón del Seminario Santo Tomás de Aquíno.
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