viernes, 3 de junio de 2011

Convencidos y respetuosos testigos en la era digital

Imagen Service-CONVENCIDOS Y RESPETUOSOS TESTIGOS EN LA ERA DIGITAL
Con motivo de la 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones sociales ofrezco una breves reflexiones pensando, como salesiano, en los jóvenes y sus necesidades. Para nosotros, salesianos, “volver a Don Bosco significa, “estar en el patio”, es decir, estar con los jóvenes, especialmente los más pobres, para descubrir en ellos la presencia de Dios e invitarlos a abrirse a su misterio de amor” (CG26,2).
Dónde están los jóvenes? Dónde está el patio para vivir el Sistema Preventivo y la Asistencia? Cada vez más en la interactividad de la red. Ya en la segunda parte del siglo pasado Marshal McLuhan había adelantado: “el medio, es el mensaje”, cuando todo era masivo, supuestamente controlado y unidireccional. Pasados pocos años nos damos cuenta de que ya no se trata sólo de medios que vehiculan mensajes en un sentido, ni de nuevos modos de hacerlo, se trata de una transformación cultural que toca simultáneamente tecnología, individuo, comunidad y comunicación. En el cada vez más expandido continente digital se respira la interactividad, se vive en ella hasta sin ser conscientes, es algo normal. Se han dado cambios antropológicos y culturales: se actúa, se piensa, se siente y se es diverso de la era industrial y de papel. Innegable que han cambiado los conceptos y experiencias de espacio y de tiempo, de persona y de relación. En el nuevo continente hay nuevos nativos que exigen nuevos misioneros, nuevos testigos y educadores.
Los procesos de la comunicación en la sociedad se han vuelto cada vez más variados, complejos y completos, involucran a personas, grupos e instituciones en contextos, medios, contenidos, tecnología, lenguas y lenguajes compartidos o diversificados. Es un acierto decir que hoy la comunicación, al menos en gran parte del mundo, se ha vuelto derecho y creación de todos, porque también se han multiplicado las fuentes de información y el acceso a ellas. Sea la información como la comunicación se han democratizado, y todo esto se hace “en internet como espacio y en internet como medio”, y sus principales representantes son los jóvenes. Basta ver quiénes son los creadores de las redes sociales más exitosas, y quiénes se están convirtiendo en las personas más ricas del nuevo mundo ¡

Por otra parte creo que debemos cambiar nuestro concepto de red. Dejemos de verla como un simple instrumento de uso al servicio de mis necesidades y objetivos, y pasemos a pensarla y vivirla como espacio cultural y social, con sus propias formas de relación y socialización. Es un espacio donde se cruzan imágenes, símbolos, formas de escrituras y donde interactúan personas de diferentes edades, clases sociales, tradiciones, y nacionalidades, al unísono y sin importar espacio ni tiempo (más bien pareciera que no existen). Esta interculturalidad estructural de la red se une a su aparente homogeneidad tecnológica y a veces lingüística. Así que ahora tenemos que aprender no sólo a “usar”, sino a habitar este espacio digital y estas redes sociales junto con otros, sin dejar de lado tantas otras formas de comunicación que también en la red encuentran su difusión y valorización.
El Mensaje del Papa Benedicto XVI para la 45° Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales destaca lo positivo de las Redes Sociales como un espacio de encuentro y Comunicación si se busca y acepta  la verdad como sentido y contenido, si el anuncio lo hace un convencido y respetuoso testigo, si quien navega e interactúa sólo desea ser transparente ante otro, abierto al diálogo, sin buscar vivir escondido. Esto quiere decir que las nuevas tecnologías, invitan a nuevas y mejores relaciones, se prestan para ello. Por ello el papa extiende la comunidad eclesial y su misión a los campos digitales. Muchos obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, tanta gente católica, ya lo hacen. Infinidad de salesianos y jóvenes de nuestras obras también. La vida está cambiando de un modo no pensado, no intuido y ni siquiera soñado. Los patios y centros juveniles se dan en los nuevos espacios de la relación educativa evangelizadora de la interactividad virtual.
Es claro que una nueva cultura con nuevas tecnologías, pide nueva evangelización, nueva educación, nueva pastoral, un nuevo modo de ubicarse, de trabajar y de relacionarse dentro de la sociedad, dentro del continente digital. Muchos de nosotros hemos venido de fuera y de atrás a este nuevo continente, unas veces como turistas y otras como emigrantes, no con pocas críticas y resistencias, añorando un “pasado real y mejor”. En cambio los adolescentes y jóvenes han nacido en el mundo digital, les pertenece y le pertenecen, son “nativos”. Al respecto el Capítulo General 26° de los salesianos es muy claro, y ve necesario cambiar la mentalidad y modificar las estructuras, pasando “de una actitud tímida y de una presencia esporádica en los Medios de Comunicación Social a un uso responsable y a una animación educativa y evangelizadora más incisiva”. (CG 26 104/5). La clave y desafío principal está, entonces, en el modo de entender la misión y en el tipo de presencia en este continente juvenil que crece y se multiplica. Lo más importante no es haber nacido dentro de ese continente y ser un nativo digital. Tampoco desmerece, como para desanimarnos o justificar nuestra ausencia, el ser migrantes, turistas o extranjeros digitales dentro del nuevo y no tan conocido continente de nuestros destinatarios. Lo más importante, tanto para ellos como para nosotros, es el saber por qué y para qué estamos allí. Al sentido de la presencia en ese continente le llamamos “sabiduría digital”. En términos salesianos se dice: “Sistema Preventivo y Asistencia Salesiana actualizados para evangelizar, educar y acompañar a los jóvenes en el mundo digital”.
Las nuevas tecnologías crean un nuevo modo de vivir, introducen en nuevas relaciones, ofrecen nuevos sentidos, y no necesariamente equivocadas, aunque sí contrastantes con las tradicionalistas, verticales y basadas en privilegios. El salesiano, que ha sido educado a razonar, creer y amar, a respetar y a querer el bien del joven, a buscar y ofrecer a Dios en “todo lugar”, no dejará de hacerlo en nuevas circunstancias, cuando cambian las estructuras, los lenguajes y los modos de presencia. El Sistema Preventivo y la Asistencia como espiritualidad y método pastoral, han de ser actualizados, lo piden la vida y los destinatarios, donde estén ellos hemos de estar nosotros. El mundo de la comunicación evoluciona a velocidades insospechadas y los destinatarios y sus necesidades son para nosotros criterio de renovación.

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