viernes, 8 de julio de 2011

¡Llama a este número...!

"Hijo, estoy enferma, cuando yo falte, si tienes dudas sobre algo, llama a este número de teléfono que te entrego en este sobre cerrado. No lo abras hasta que yo parta. Haz exactamente lo que esa persona te sugiera, escúchale y sigue su consejo, así vivirás con tu conciencia tranquila. Es el ser que mejor te conoce". Pocos días después esta amorosa madre se despidió para siempre de Joaquín.  ¿De quién era el número?

¿A quién escuchar cuando algo anda mal o ante un dilema? Sin duda, hay personas que nos conocen profundamente y pueden guiarnos en decisiones delicadas. Sus palabras siempre nacerán del afecto, la sinceridad y la amistad inquebrantable. Pero el número de teléfono no era de alguna de esas personas.

Hay profesionales de altísimo nivel en consultoría, coaching, psicoterapia, psicología y otras disciplinas orientadas a apoyar a las personas en la solución de conflictos y en la toma de decisiones cruciales. Extrañamente, en el sobre tampoco estaba el número de uno de estos profesionales.

No faltan los que creen no necesitar llamar a alguien para solicitarle un consejo, sino que asumen lo que esa persona les recomendaría y lo hacen; para descubrir, en ocasiones, que ese camino no era el idóneo. Esas suposiciones pueden salir carísimas, aunque después los que proceden así se lamenten y se nieguen a asumir responsabilidad por las consecuencias.

Finalmente, se puede tener el número de teléfono de amigos a quienes les agrada ser consultados sobre una decisión a tomar y que solo se pondrá en acción si ellos dan el visto bueno final. Mas no, en el sobre no estaba el nombre de un solo amigo de Joaquín. Su madre no deseaba verle dependiente de los demás ni buscando la aprobación constante de otros para definir su vida, sus valores ni su forma de triunfar.

¿De quién era ese número telefónico? ¿Quién conocía más y mejor a Joaquín? ¿Cómo era posible que su propia madre le aconsejara dejarse guiar por los principios y la conciencia de esa persona? Luego de la despedida final de su progenitora, en obediencia, Joaquín abrió el sobre y se impactó al ver su propio número telefónico anotado en el papel, desde entonces, se prometió conservar y mantener esa tradición con sus propios hijos.

Es absolutamente sabio solicitar y escuchar consejos, es de gente inteligente rodearse de quienes más saben de alguna materia, y es una manifestación de sana humildad pedir ayuda para resolver un problema íntimo.  Pero nada ni nadie debe sustituir la responsabilidad personal o de un equipo de decidir y de vivir con las consecuencias de esas decisiones. Cada cual es su mejor crítico, guía y conocedor de sí mismo. ¿Tiene usted su propio número de teléfono a mano?

German.retana@incae.edu

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