jueves, 5 de mayo de 2011

Pascua Juvenil 2011 Barahona

Jóvenes de Barahona
Por Luis Alberto Arias y Cristian Rodríguez
Voluntarios Santiago FMA
Hace unos años un hombre visitó un lugar extraño, había tierra seca y sin esperanza. Su piel estaba reseca, deshidratada, maltratada por el sol y por el sórdido polvo. Pero el extraño hombre tenía sus esperanzas puestas en un ser que sí conoce las miserias sociales.

(DECOSAL - Barahona) - Nuestra experiencia inició el Lunes Santo cuando nos dirigíamos a la comunidad donde celebraríamos la pascua. Este día vivimos la intersección de María Auxiliadora al permitir que llegáramos a tiempo a la parada de autobús. Nos retrasamos al salir de Santiago, y Sor Mariela Amarante había comprado los boletos para salir a las 5:15 hacia Barahona, estábamos contra el tiempo, pues eran las 4:00 e íbamos saliendo de La Vega, al saber esto, nos desesperamos un poco, pues no queríamos perder esos boletos, en relación a esto Sor Mariela nos sugirió rezar a María Auxiliadora para llegar a tiempo, y así mismo fue, rezamos las tres Ave María, con ese propósito. Cuando llegamos a Santo Domingo tomamos un taxi, para pasar a recoger los boletos por la Casa Provincial de las Hijas de María Auxiliadora y llegar a la parada de Caribe Tours. Gracias a la intersección de María y a la divina providencia los semáforos estaban todos en luz verde y no apareció ni un tapón camino a la parada. Llegamos a la 5:05 pm a  Caribe Tours y a pesar de eso el autobús se atrasó 30 minutos, por razones que no conocimos. Al  llegar a la comunidad las hermanas nos recibieron llenas de gozo y alegría, con una deliciosa cena para compartir, y nos decían que se sentían contentas de tenernos en su casa y que al mismo tiempo pasaba a ser nuestra. 

Para el Martes Santo estuvimos compartiendo con las hermanas y preparando algunos materiales que se utilizarían en el Triduo Pascual con los jóvenes. En la noche de este día nos reunimos con los animadores para poner en común los cambios que se habían realizado y organizar algunas actividades que restaban.  El Miércoles Santo participamos de la Misa Crismal. La celebración fue precedida por el obispo.  En la homilía el obispo Monseñor Rafael Felipe Núñez  refería   un mensaje a todos los presentes, “Para éste tiempo debemos vivir el amor de Cristo de manera afectiva y efectiva, es decir, vivir ese amor sincero con el hermano, amarlos como Dios nos ama a nosotros, dispuestos a morir para dar vida a otros”,  en otras palabras, seguir el ejemplo de Jesús. 

Al iniciar el Triduo Pascual los jóvenes llegaron con mucho entusiasmo y, a la vez  dispuestos a vivir una experiencia buena con los demás compañeros/as. El ambiente de este día fue de integración y acogida, donde los jóvenes mostraban una actitud de confianza y alegría al encontrarse con los demás, y también por nuestra presencia.  La realidad de estos jóvenes es muy diferente a la de otros jóvenes donde habíamos celebrado pascua en otras ocasiones. 

Se realizaron momentos de animación en el que los jóvenes se integraron plenamente, un trabajo grupal, durante el cual estuvimos conociéndonos, y tratando el tema “El Amor de Dios”, aquí compartimos experiencias de como se había manifestado el amor de Dios en nuestras vidas. Al final elaboraron unas tarjetitas como un gesto de amor hacia otras personas, comparando este gesto, con el de Jesucristo y su entrega por amor, y haciendo conscientes a los jóvenes de que esto no fue nada comparado con lo que hizo Dios para demostrarnos cuanto nos ama. 

Las actividades del Viernes Santo  fueron vividas a profundidad: la adoración a la cruz donde cada persona presente ofrecía un beso a la misma; el caminar con Cristo en el vía crucis, viviendo cada momento haciendo un recuerdo de aquellos momentos de dolor y lágrimas  que pasó nuestro Señor Jesucristo, de camino a la crucifixión.
 Las personas iban tras la cruz cantando y recordando esos momentos amargos  en la vida de Jesús. Fue un día triste, recordando que Cristo moría en la cruz y feliz porque lo hizo  para salvarnos. 

Cuando visitamos las diferentes casas, el Sábado Santo, como muestra de humildad, solidaridad y sobretodo enseñanza de Jesús, los jóvenes fueron dispuestos a hacer todo lo que fuese necesario. En los hogares donde visitaron dieron testimonios de lo bien que habían vivido la pascua, les llevaron el mensaje de la buena nueva a las demás personas, “Dios nos ama tal y como somos, y el murió por nosotros y para nuestra salvación”. Con ese gesto, al llegar al centro decían lo bien que se habían sentido ayudando a otras personas que lo necesitaban, y lo hacían de corazón, sin ningún interés en particular, solo por amor a Dios. Muchos jóvenes  se dieron cuenta que existen personas con más necesidades que ellos, que necesitan más ayuda que ellos, pues viven en situaciones mucho más difíciles  y sobre todo con falta de fe. 

Entendiendo la realidad en que viven los jóvenes, mostraron ser amables y cariñosos, con una sencillez enorme, y lo más interesante fue su disposición al realizar todas las actividades propuestas, en especial el sábado por la noche en la misa de resurrección, la cual tuvo una solemnidad especial durando 4 horas y 30 minutos. Esta inició cuando se  encendió el Cirio Pascual, luego desfilando hacia la Iglesia en donde todos encendimos un pequeño cirio, propagando la luz que representaba a Cristo, por todos y cada uno de los presentes. 

Vivir la Pascua Juvenil 2011, fue una experiencia significativa  en nuestras vidas, pues las actividades realizadas  y los momentos vividos, fueron un espacio propicio para  aumentar nuestra fe como cristianos, y afianzar nuestro trabajo como animadores juveniles. También, fue maravilloso conocer la realidad de estos jóvenes, compartir en comunidad con las Hermanas y compartir con los mismos jóvenes. Esto nos ayuda a crecer como personas y a creer que Dios cada día nos ama aún más, y que debemos darle GRACIAS por lo que tenemos y valorarlo. Existen personas que necesitan mucho más, que no tienen nada y Dios nos ha puesto en este camino, precisamente para ayudar a esos que lo necesitan y que carecen de su Amor. 

Es un reto para nosotros animadores juveniles seguir proclamando el amor de Dios  y propagándolo a todos aquellos que aún no han tenido la dicha de conocerlo, para que puedan caminar por el sendero de la vida en Dios, y lleguen a ser buenos cristianos y honestos ciudadanos, porque ese fue el legado de nuestro modelo a seguir, Don Bosco. 

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