miércoles, 29 de junio de 2011

ANDRES AVELINO: “LA CATEGORIAL”

P. Jesús Hernández, sdb
Director de la BAS

1.  Memoria

En varias ocasiones me he entretenido con la obra de Andrés Avelino y han quedado marcadas las huellas:

En primer lugar está el libro Andrés Avelino, una carta a Maritain. Traducción al castellano del Padre Jesús Hernández, sdb, Santo Domingo, 2007, Archivo General de la Nación, vol. XXXIX, 113 pág. Contiene la fotostática en francés (p.17-50), traducción (p.51-84); comentario circunstancial (p.85-89); comentario temático (p.89-100). Esta obra se originó en Castilruiz (Soria) en el verano del 2005, donde me llevé como compañero de viaje un fajo de papeles estropeados por el ciclón George.

A solas, sin ningún recurso de libros, diccionarios, o anexos culturales le dediqué un tiempo dándoles vida. Los originales se quedaron introducidos en el ordenador esperando oportunidad de publicación. Acudí a la UASD, al Banco Popular, a Banreservas a lo largo de tres años y finalmente, acompañado por el Lic. Julio Minaya, director de la Escuela de filosofía de la UASD, lo presenté al Dr. Roberto Cassá, director del Archivo General de la Nación el cual accedió a la publicación en el 2007.

El segundo lugar obedece a una serie de conferencias promovida por el Lic. Alejandro Arvelo. Se publicó como anexo en la serie de folleto de la BAS con el titulo Andrés Avelino y su Carta a J. Maritain, Santo Domingo, Argos, 2008, 61 pág. Contiene 22 artículos variados coleccionados en ocasión de las citadas conferencias en la Academia Dominicana de las Ciencias.

Ninguno de los dos ha llegado a la categoría de libro, al parecer, debido a la escasa divulgación, al escaso interés de su contenido o por la dificultad de entrar en tema filosófico. Tal vez la única reacción que prueba su existencia sea el libro de Joseph Mendoza y Juan de la Cruz: Andrés Avelino. El más grande filósofo dominicano: pensamiento y trascendencia, Santo Domingo, La Escalera, 2008; 2da ed. 370 pág.

Lo que está pensado y dicho me mueve a un nuevo encuentro con Andrés Avelino. En el primero decía: “Mi conclusión provisional es que “la categorial” de Andrés Avelino no aporta nada nuevo, es un concepto vacío de significado, desligado de toda realidad física o metafísica, pura creación lógica, de la cual no se da una explicación coherente. No llego a percibir lo que añade o varía del concepto de la lógica aristotélica. La insistencia en lo intuido, lo vivido, lo poseído, le priva de base conceptual. Difícilmente se entiende qué es la metafísica categorial, asemejada a la metafísica platónica de la esencia, cuando Aristóteles crea la metafísica del ser, del existente. Finalmente no se ha de olvidar que un error de matemáticas no es matemáticas, tampoco un error en lógica es lógica, como una vía errada no lleva a la meta. Opto por leer detrás de “la categorial” simplemente la categoría o concepto llano. Andrés Avelino desconoce la abstracción y la analogía” (p. 95-96).

2. primer sondeo

El primer encuentro con “la” categorial” lo constituyó el cuarto párrafo de la Carta que traduje. En el mismo comienzo, dice así:
“Sostengo que no conocemos más que las categoriales. Toda la realidad es irracional. Solo conocemos las categoriales por las categoriales.  Dios mismo es irracional; no lo conocemos;  de el tenemos intuiciones por una categorial  emocional óntica;  lo concebimos a través de una categorial racional lógica.  Tampoco conocemos los fenómenos como creía Kant. Captamos los fenómenos por categoriales” (p. 55-56).

Quedé completamente desconcertado, como lo estoy ahora frente a expresiones como estas, donde operan diez palabras    con sentido ausente en mi vocabulario.
No conocemos más las categoriales; conocemos las categoriales por la categoriales.
Toda realidad es irracional.
Dios mismo es irracional. No lo conocemos. De él tenemos intuiciones por una categorial emocional óntica y lo concebimos [tenemos concepto] a través de una categorial racional  lógica....

Me es imposible desentrañar su contenido y llevo siente años sin ver luz detrás de “la categorial”. No me explico cómo irrumpa de este modo, en una Carta, para crear una metafísica de la esencia, que quiere ser como la de Santo Tomás, cuando todos los comentadores hablan de la metafísica  tomista como la metafísica  del ser, del existente.

Dejado así este comienzo, leo en  las “Palabras preliminares” de la Metafísica categorial:

La Metafísica Categorial es un sistema general de interpretar todas las realidades en tres suposiciones a la vez: la suposición lógico formal, óntico formal, ontológica y óntico material o metafísico-formal. Por ello hablo en toda la obra de categoriales y no de categorías. Me he visto en la necesidad de crear el término categorial, correspondiente al nuevo concepto que surge de mi metafísica, no solo para evitar malas inteligencias con el concepto más limitado de “categoría” sino inconscientemente lo he hecho obligado por la necesidad de trasmitir a los demás  la realidad en mi espíritu de un nueva intuición! (pág. 9-10).

¿Cuál es  ese nuevo concepto  de su metafísica, esa nueva intuición en su espíritu? Cabe aclarar primero el número de las tres suposiciones. Si he escrito correctamente  aparecen  cinco y no tres suposiciones; no sé cuales son las tres entre: lógico formal, óntico formal, ontológica y óntico material o metafísico-formal. Eso tiene solución si leemos el constante número tres: “tres tipos de categoriales: óntico materiales: óntico formales y lógico formales, es decir entes metafísicos, objetos formales o materiales y formas lógicas puras” (Met. Cat. p. 376).
Tres mundos fundamentales: “el lógico formal, el óntico formal y el óntico material” (p.382).

La nueva intuición es que lo óntico y lo lógico  están implicados metafísicamente, no tiene sentido el uno sin el otro. Esta conexión es necesaria. Realmente, la intuición de Avelino es genial, lo que impulsa toda su consagración a la filosofía, concretamente a la metafísica, por la cual se opone y enfrenta a toda visión parcial sin metafísica, concretamente a todo positivismo (Hostos), que niega la eficiencia y finalidad de parte del Súper Ser a propósito del hombre. Sin duda este es el significado de Avelino en la filosofía dominicana, latinoamericana y mundial.

Sin embargo, el recurso a la “categorial” es muy problemático, no es claro, queda con mil inconveniente como aparecerá en los siguientes sondeos a quien lee los textos. Por otra parte, el Avelino, teorizador del postumismo que valora el lenguaje ordinario en ventaja de la claridad, no se luce en los textos filosóficos recurriendo a algo exótico como la “categorial”.

En la Carta se expresa: “Hay, pues, un mundo de realidades irracionales, un segundo mundo de ideas que según Platón son realidades metafísicas y un tercer mundo de catagoriales” (p. 58)

Y en la Metafísica categorial “ Lo que quiere mostrar esta metafísica categorial es precisamente el vínculo insoluble que hay entre lo lógico y lo óntico, entre la forma y el contenido. Muestra que las categorías ónticas se imponen metafísicamente a las categorías lógicas, la evidencia incontrastable que señala que el principio de identidad no es un principio genuinamente lógico, sino que primordialmente es un principio ontológico, como todos demás principios de las ciencias” (p.149)
Ayuda a comprender esto un estudio de Jesús García López Doctrina de Santo Tomás de la verdad (1967) donde se analiza el valor verdad en tres niveles: “Con arreglo a esto, pues, la verdad y lo verdadero se pueden definir de tres maneras. Primera, atendiendo a aquello que precede a la razón de verdad y en lo que se funda lo verdadero [verdad óptica]; y así la define San Agustín diciendo «verdadero es aquello que es» (....). Segunda, atendiendo a aquello que realiza formalmente la razón de verdadero [verdad ontológica); y así Isaac Israelí que «la verdad es la adecuación de cosa y el entendimiento» (...). Tercera, atendiendo.. Efecto consiguiente [verdad lógica}; y así la ¿“ San Hilario cuando dice «verdadero es lo que ;..., fiesta y declara el ser».  (De Veritate, q. 1, a 1.).
3. Segundo sondeo.

Andrés Avelino se pregunta: (Carta a Maritain, p.57) “Pero ¿Qué es una categorial?” Entra en discusión con Kant que dice: “Las intuiciones sin los conceptos son ciegas; los conceptos sin intuiciones son vacíos” (p. 58) y termina: “La intuición es el  aspecto espiritual del contenido, el concepto es la expresión formal, lógica, del contenido irracional, es la categorial formal del contenido irracional, semejante a la “species expressa” de la teoría aristotélica del conocimiento de Santo Tomás de Aquino y de Aristóteles! (p. 58/ 22).

Análisis. Entran en contraste varios elementos: intuición y concepto; aspecto espiritual y expresión formal;  contenido (mental) y contenido irracional, “species expressa” bien conocida de Maritain a quien se dirige la Carta.

Lo céntrico es el aspecto espiritual (mente) y la expresión formal: lo uno tiene como sujeto y como acción intuir-intuición, lo otro algo producido, manifestado, expresión; en lo uno la mente está presente  ante su contenido, lo otro tiene como objeto un contenido irracional.

¿Cómo leer aquí la categorial?   Es la relación de dos situaciones, un momento del proceso cognoscitivo, entre lo inmediato (lo poseído) y lo adquirido (concebido) lo irracional. Un paso  en que interviene el contenido irracional que queda materializado, concebido , expresado, fotografiado Esta tensión es la categorial. Repito : es la relación esencial de dos estados,   el resultado de la inclusión mutua (expresión de lo que uno es y de  cómo se presenta) Es una intuición materializada,  una intimidad  concretizada. La mente se posee a sí misma pero está abierta a lo exterior concebido, en forma   universal de concepto.

¿En qué está la semejanza? Precisamente en el lugar que ocupa la “species expressa” en el proceso cognoscitivo aristotélico-tomista; está tras la “species sensibilis”, la imagen con los rasgos de la individuación y antes de la “species impressa” que goza ya del pleno conocimiento, no meramente en la elevación por el entendimiento agente capaz de imprimirse sino ya actualizado el impreso en la facultad receptora. 

4. Tercero sondeo

En discusión con Kant sobre el conocimiento del espacio/tiempo (Met.Cat. pág, 206) tiene este fragmento que someto a análisis. 
“ Lo no sensible se intuye, lo sensible se percibe y se construye, pero no se intuye. Yo no intuyo una mesa, ni una casa, ni tengo tampoco una vivencia de una mesa ni de una casa. Yo intuyo la categorial  “mesa” o la categorial “casa” y puedo sentir las vivencias categoriales de la mesa y de la casa;  pero esas vivencias o intuiciones tienen como capa inferior las categoriales “mesa” y “casa”; pero no la mesa ni la casa como objetos sensibles,  que necesitan ser concebidos porque no pueden ser intuidos” (p. 206).

Elementos de análisis: sensible- no sensible:  categorial (adjetivo) – la categorial ( nombre objeto de búsqueda);  intuir- concebir,  vivencias, instituciones  categoriales- capa inferior

¿Qué construye AA con estos elementos? Un contraste entre un conocimiento sensible y otro superior (la categorial), en el cual intervienen:
Sensible y no sensible; ejemplo de lo primero los objetos materiales; de lo segundo, el pensamiento.
Operaciones sobre lo sensible: se percibe; no se intuye; se sienten las vivencias e intuiciones categoriales, aunque constituyen algo personal; estas constituidas, sustentadas, fundamentadas  (por la) categorial.
La categorial se intuye, ejemplo la categorial “mesa”; y no la mesa como objeto sensible; la categorial sustenta las vivencias categoriales pertenecientes a la experiencia personal..
En síntesis: lo sensible no puede ser intuido, necesita ser concebido, presentarse como  concepto universal. No hay conocimiento de la cosa sino a través del concepto que la convierte en categorial.
El proceso cognoscitivo exige la formación o existencia de la categorial “mesa”, por debajo de las vivencias que la esconden y a través de las cuales aparece. El conocimiento válido (que es el intuitivo) es solo el intelectivo. Lo sensible  entra a través del concepto, no directamente. Así: cosas(percibidas)-vivencias (sentidas)-conceptos(conocidos)-intuición (vista). 

Queda desvalorizado lo sensible, la cosa, que se percibe; se introduce la categorial  subrepticiamente, como vivencias como algo previo que cierra el proceso sin justificación. Exceso de platonismo (visión-intuición ficticia de la categorial, fundamento de la realidad (irracional)

5. Insinuación

A mi alcance, en este momento de conocimiento parcial, “la categorial” la entiendo como una circunlocución de carácter adverbial que equivale a algo jerárquico ordenado a modo de totalidad que incluye las partes y estas dicen referencia esencial al todo o semejante a un proceso donde el antes y el después están implicados mutuamente.

Según esto, leo Metafísica  categorial  como metafísica de categoriales, de modo que considera  siempre un orden de elementos implicados necesariamente como parte o como proceso. Por eso el libro  no es una metafísica general del “ser en cuanto ser”, sino  que define sus capítulos así:  metafísica categorial del juicio, metafísica categorial de la intuición, metafísica categorial del valor, del átomo, del ente en si, del espacio etc.

Imagino que para entender ese orden puede ayudar la teoría unitaria e hilemórfica  que  llena la filosofía escolástica del acto y la potencia, implicados metafísica o lógicamente en todos los órdenes del ente y del Ser. Se habla de formal y material, de sujeto y perfección, de sustancia y accidente, de esencia y existencia, de género y especie, de universal y particular, de singular y universal, de imagen e idea (species sensibilis y species impressa, de sensible e inteligible, de sentido y entendimiento, de facultad y acto, de participante y participado, de intuición y abstracción, de concepto trascendente opuesto a concepto catergorial, donde cada palabra tiene su parte en la misma teoría de la cual se forma un sistema inteligible de por si.

En Andrés Avelino, por el contrario no se adivina el sentido de la “categorial” usado de una página al pasar a otra. Hago unas preguntas ingenuas: ¿Qué pasaría si se suspendiera totalmente esa palabra del título y de todo el libro? ¿Se parece el significado usado en una página al de otra? ¿A qué palabra de otro autor equivale la categorial: de Aristóteles, de Kant, Comte, de Hegel, de Heidegger, de Marx, de Agustín (siguen 100 nombres) o es totalmente original?.

El parecido podría hacerse por acercamiento o contraste, por deficiencia o exceso, por equivalencia parcial o total, etc, y mas radicalmente ¿se podría adivinar a qué problema responde: psicológico, gnoseológico, metafísico, lógico, cultural?

¿En qué grado de autenticidad está la interpretación o las interpretaciones que han hecho los tratadista e historiadores: Waldo Ross, por Joseph Mendoza, Juan de la Cruz, Mabel Artidiello, Rosa Elena Pérez, Diógenes Céspedes y otros?. Se siente la necesidad de que los estudiosos y entendidos en filosofía hermenéutica ejerzan su capacidad en  el caso concreto de “la  categorial” de Andrés Avelino y nos ayuden a entender su pensamiento.

Conclusión: Después de este entretenimiento afirmo y sostengo que la doctrina sobre la “categorial” es una parte secundaria de la metafísica de AA, comparada, por ejemplo, con la doctrina metafísica del valor, donde la “categorial” apenas levanta cabeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario